La jueza cubana Melody González Pedraza, quien ocupó cargos en el sistema judicial del régimen cubano, ha recibido una orden oficial de deportación por parte del gobierno de Estados Unidos, según consta en el sistema automatizado de la Oficina Ejecutiva para Revisión de Inmigración (EOIR, por sus siglas en inglés).
La decisión fue dictada el 21 de mayo de 2025 por un juez de inmigración en Pompano Beach, Florida, luego de casi un año de seguimiento judicial a su caso migratorio. De acuerdo con los registros del EOIR, González Pedraza no tiene audiencias futuras programadas, y la fecha límite para presentar una apelación ante la Junta de Apelaciones de Inmigración es el 20 de junio de 2025.
Un pasado judicial vinculado al régimen
Melody González Pedraza se desempeñó como jueza penal en Cuba y está señalada por su papel en la validación de procesos judiciales calificados como arbitrarios por organizaciones de derechos humanos. Diversos testimonios recogidos por Martí Noticias e informes de exiliados y expolíticos cubanos la acusan de prevaricación y de haber actuado como instrumento represivo en causas políticas bajo órdenes de la Seguridad del Estado.
Tras su llegada a Estados Unidos, González Pedraza solicitó protección migratoria alegando temor de persecución, pero su historial como funcionaria del régimen generó un amplio rechazo en la comunidad del exilio cubano y en sectores que luchan por la justicia transicional.
A pesar de las denuncias públicas y del escrutinio mediático, la exjueza no ha ofrecido declaraciones ni ha mostrado señales de arrepentimiento por su pasado, aunque aceptó que había cedido a la presión del Partido Comunista para condenar a cuatro jóvenes por atentado sin pruebas. Los jóvenes se encuentran todavía en prisión.
Reacción del exilio
La decisión de expulsarla ha sido recibida con alivio por víctimas de la represión judicial en la isla. Algunos de los opositores procesados durante su mandato, hoy residentes en Estados Unidos, manifestaron que esta orden “marca un precedente contra los represores que han abusado del sistema migratorio estadounidense para esconderse en libertad”.
“Las víctimas de Melody González, tanto en Cuba como en Estados Unidos hoy pueden sentir que se hizo justicia en este gran país. El asilo lo merecen los reprimidos, no los represores”, dijo Samuel Rodríguez, un activista por los derechos humanos en Cuba que reside en Florida.
Organizaciones como Archivo Cuba y Prisoners Defenders han documentado el uso del aparato judicial cubano como herramienta de represión, señalando a jueces como González Pedraza de ser cómplices activos en la criminalización del pensamiento disidente.
Un proceso aún abierto
Aunque ya pesa sobre ella una orden de deportación, González Pedraza aún tiene la opción de apelar la decisión. De no hacerlo, o si su apelación es denegada, estaría obligada a abandonar el país o enfrentaría una deportación forzada, dijo el abogado Wilfredo Allen a Martí Noticias.
Este caso es parte de una creciente lista de funcionarios y exagentes del régimen cubano que han llegado a Estados Unidos alegando persecución, mientras ocultaban su participación en violaciones de derechos humanos.
La revelación y procesamiento de estos casos ha generado una presión creciente sobre las autoridades migratorias para aplicar filtros más estrictos y garantizar que quienes participaron en actos represivos no se beneficien de los beneficios del sistema democrático.
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